Es muy curioso a veces el tiempo, cuando más pasa, más cosas se te
vienen a la cabeza y evocas momentos que pensabas no tenían ningún valor y los
recuerdas ahora con mucha nostalgia y eso me paso este lunes por la tarde en
una conversación muy amena y agradable salió el tema de las mascotas, al
instante se me vino a la cabeza todos aquellos animalitos que pasaron por mi
vida de muchacho, recordé a la “CHOLA “ de la familia Gonzales, tremenda perra,
nos rompió no sé cuántas pelotas de fulbito cuando con los amigos no íbamos a
jugar al último patio de la quinta, sabíamos que en cualquier momento se abriría
la puerta y aparecería , toda grandota e imponente con sus ladridos que se
escuchaban hasta los altos y nosotros a partir la carrera por el temor a que
nos muerda, aunque valgan verdades no paso nunca eso , al tiempo comprendimos
que lo único que quería la CHOLA era jugar con la pelota, pero a esa edad ni lo
pensábamos, lo más valioso era nuestra pelota y teníamos que defenderla como
sea. Cuando ya un poquito más crecidos la CHOLA, ya no nos daba miedo, sino era
el reto entre la manchita, juagábamos a lanzar la pelota cerca a la puerta solo
para probar quien era el más valiente y recuperarla, y las carreras con la
pelota en la mano y la CHOLA detrás se convirtieron en un juego de fines de
semana, al tiempo ya dejamos de jugar en el último patio y de la CHOLA, nos
fuimos olvidando, lo último que supimos de ella, es que solo descansaba por el
pasar de los años.
Otra de las mascotas de la quinta donde crecí fue “DIXIE “, de la
familia Astupuma, ese perrito fue la pesadilla de mi amigo Willy ( o a veces pensaba
que era al revés), cada vez que lo veía lo correteaba pero no para jugar sino
para morderlo, Willy, le hacia la vida imposible DEXIE, lo cogía de la cola, lo
fastidiaba, le movía la comida que le daban y DIXIE, se daba cuenta, a los
demás amigos no nos hacía nada, pero veía a Willy y le salía la bronca y las
carreras entre DIXIE y Willy, se hacían cada vez más comunes en la quinta, que
ya nos causaba gracia verlos, creo que en el fondo desarrollaron una amistad de
dependencia porque ambos se necesitaban, uno para morder y el otro para correr.
En más de una oportunidad Willy nos decía estoy con frio una carrerita para
calentar y buscaba a DIXIE y listo.
Hasta que llegue a mi mascota “BANDIDO”, nombre en honor a Jhonny Quest
& Bandido personajes de dibujos animados que juntos pasaban más de una
aventura y yo quería ser así, es por ello que así se llamaba. BANDIDO un
perrito recontra noble de casa, salía muy poco y si lo hacia lo acompañaba o
salía con alguno de mis hermanos, dócil y muy juguetón, pero a su vez cuidaba
como no se imaginan, en más de una oportunidad a la hora de bañarlo
terminábamos bañando juntos, aún recuerdo a mi mama haciendo pelar los camotes
para combinarlos con leche (camotillo), y un poco comía él y otro poco yo y mi
mama se reía al ver eso era genial, le encantaba ponerse entre mis piernas
debajo de la mesa a la hora del almuerzo porque de todas maneras siempre le
pasaba algo de comida, según yo sin que nadie se dé cuenta, en más de una
oportunidad me tumbo al piso al cruzarse cuando llegaba de estudiar y que me
quedaba solo reírme. Así pasaba su vida BANDIDO, hasta ese día en que por un
descuido se quedó la puerta abierta y se escapó, salió solo y no nos dimos
cuenta, hasta cuando no lo vimos en su esquinita echado y un aullido desgarrador
entre ladrido y llanto se escuchó cerca de la puerta de mi casa, ahí estaba
BANDIDO, todo mojado con un líquido negro sobre su lomo y un ojito casi salido,
le habían tirado kerosene con petróleo, una señora que vivía en la quinta,
según dijo después que pensó que era un perro de la calle, cosa que nunca creí,
tengo fresco en mi memoria a mi brother Rubén al enterarse de lo que le había
hecho a BANDIDO, fue y le rompió las lunas de la casa de la señora, y hasta su
marquesina de luz, y tanta fue su ira que al propio hijo de esta señora le pego
y le dio de alma, aunque tiempo después se intentó disculpar aduciendo que no
sabía que era mi mascota, el daño ya estaba hecho. BANDIDO ya no fue el mismo
nada fue lo mismo ya, porque lo llevamos al veterinario (en esa época no había
tanto avance como ahora), so trataba que tenga una mejor calidad de vida, es
más le recomendaron a mi mama que mejor lo sacrificaran, pero dijimos NO! así
fue pasando la vida de BANDIDO, hasta ese día en que mi mama y papa decidieron
que ya no podía sufrir más y estaba decido habría que llevarlo a la perrera
municipal. Recuerdo que cogí mi chompa de colegio y una cortina vieja que tenía
en mi casa, lo abrace y abrigue, en el camino a la perrera mi papa manejaba muy
despacio su carro y no me dijo una sola palabra, cada vez que nos acercábamos
más, mas lagrimas me salían y BANDIDO solo me miraba bajaba su cabecita,
trataba de tapársela para que no lo hiciera , pero se movía con una queja y me
volvía a mirar, eso me partía el alma, llegamos , le pedí a mi papa entrar solo
y un veterinario de los más frio solo atinó a decirme, cógelo fuerte mientras
le aplico la inyección, se va mover y después lo dejas en el piso y se va. Así
fue lo abrace y no lo quería soltar, mientras veía como un líquido medio verde
y rojo ingresa en su cuerpo, un solo quejido, me puso su cabeza en el pecho y
su lengua toco mi cara ( se los juro que aun creo que me beso y se despidió
escuche lo que me dijo: gracias amigo por todo), luego de unos minutos bajo su
cabecita, lo deje en el suelo y les cerré los ojos, me salí de esa habitación
maldita sin decir nada, mi papa me esperaba fuera, subí al carro y no pronuncie
palabra alguna, solo quería ir a mi casa y tirarme a mi cama, mi mama me abrazo
cuando llegue y le dije no quiero nada solo dormir, ( perdónenme pero en este
momento estoy llorando, de solo volverlo a recordar ), se había ido mi
amiguito, ya no estaba y me sentía vacío. Ahí quiero parar porque lo que vino
después con mi brother fue otra cosa. Pasado ya mucho tiempo un gran amigo
Eduardo psicólogo él me dijo, ya déjalo ir, además lo que te paso te va ser más
fuerte, no es lo ideal pero te va ayuda. Me hice la firme promesa de no volver
a tener mascotas y lo vengo cumpliendo porque ya no quiero volver a vivir lo
mismo, es por eso que repito el título” YO NUNCA TUVE MASCOTA, TUVE AMIGUITOS.”
Carlos Antonio
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