Esto ocurrió en diciembre del 84, espero se acuerden mis BROTHERS,
nuestro querido país desangraba por tanta violencia, los apagones, coche bombas
y otras maniobras senderistas, mantenían a los limeños con algún temor y susto.
Pero aún así se buscaba de celebrar de mejor manera la navidad, y fue justo
cuando se daba el conteo regresivo de la llegada del día 25, con el tradicional 5, 4, 3, 2, 1,….Feliz navi…………
juaaaaa!!, se fue la energía eléctrica y todo se quedó a oscuras, a lo lejos,
el nooooooooo!! , sonó muy fuerte y una cuantas lisuras en voz alta. De ahí en
adelante solo se oían, frases como: Traigan velas y pónganlas en las botellas
para alumbrar la mesa, donde están los fósforos! quien va comprar más velas,
rápido, antes de que cierre don Román o la sra. Aida! Es decir un caos. Recuerdo
a mi mama con el niño Jesús en sus manos pidiendo que todos le demos un beso en
la frente para agradecerle porque estábamos juntos y después a sentarnos para
tomar la “pichi del niño “(para nosotros el chocolate caliente).Fue en ese
momento que con mis brother Rubén y Miguel, decidimos mandar al “CARAJO” el apagón y sacamos la guitarra, cajón y par
de cucharas de sopa, nos pusimos en
puerta de la sala, junto a unas jardineras grandes que rodeaban la casa de mi
mama, y salió el primer vals si mal no recuerdo fue “ mechita de mis ensueños,
muñequita seductora …..” Y nos echamos
a darle con todo a los valses, el más afanoso y contento fue
mi viejo que al toque se acoplo al lado de nosotros, sacando su chela, diciendo
salud, salud! , de ahí para adelante, seguían saliendo más canciones., “sin tu
amor en el mundo, si mi vida que hoy te implora, y si por desgracias me
llegaras a olvidar…..”, y otro “ dime
amor donde te has ido, que no te puedo encontrar, yo nunca te conocido y te
estoy buscando siempre sin cesar…! Que villancicos , ni nada era música criolla
y a oscuras, cuando menos nos dimos cuenta se acercó un vecino del departamento
33, la familia illescas ( tío de la jugadora de la selección de vóley si no
estoy errado), con dos botellas de cerveza en la mano, su silla y con voz alta
grito: ¡Vecinos feliz navidad ¡se puede compartir la música, porque no dijo mi
viejo y se acoplo al toque y también se puso a cantar, mi mama desde la sala
decía a qué hora van a pasar a tomar su chocolate, hay maaa! Un rato más le gritábamos
en coro con mis hermanos, en ese momento, apareció, Oscar “cebollita”, Willy
“el viejo (el mismo que fregaba a dixie el perrito en una historia anterior),
Martin “el burro”, Carlos “moe”, y uno a uno fueron acoplándose amigos y amigas.
Traían sus sillas, otros se ponían cerca del balcón donde vivía Janet y cuando menos nos dimos cuenta la mancha era más
grande, todos reían, cantaban, tomaban y hasta bailaban, la estábamos pasando
de maravillas y nuevamente juaaaaa!! Regreso la energía eléctrica y esta vez el
silencio fue mayor. A los lejos un yeeeeeeee!, la luz…, y se acabó todo, los
presentes se fueron despidiendo, con la justificación de que iban a cenar,
levantaron su sillas, nos volvimos a saludar y las emisoras de radio de los
vecinos sonaron, recuerdo que vi mi reloj y eran las tres de la mañana, es
decir fue una navidad a oscuras de tres horas, pero que buena navidad, que
estoy seguro jamás voy a olvidar.
Carlos Antonio
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